H: mamá.. estas allí?
M: no hija, no puedo estar contigo..
H: por qué mamá? te necesito...
M: porque ahora (desde hace muchos años) nisiquiera sé quién soy o quién quiero ser... me he lanzado al olvido de mi misma olvidándo que tengo hijos..
H: mamá, pero aquí también estamos para apoyarte, pero de vez en cuando necesitamos un consejo de vida..
M: no puedo hija, aunque me veas todos los días, apenas ahora puedo ser un espectro de lo que algún día fui...
H: pero si no eres tu a quien veo, entonces a quién saludo todos los días?
M: a un ser qué arrastrado por sus propios miedos, a causa de un pequeño disturbio químico y situaciones que yo misma elegí sin saberlo concientemente, me han llevado hasta aquí sin aún conocer el camino de mi porvenir..
H: pero si el amor de madre a hijos es más fuerte que cualquier cosa, por qué no sales de esa fosa?
M: porque por ahora he encontrado mi equilibrio, mi comodidad para no luchar por las cosas que quiero, aunque ya no sé exactamente qué es lo que quiero... solo encuentro en la medicina y en mi entorno efectos plecebos, que me hacen sentir un poco mejor...
H: pero yo si sé a quien quiero y lo que quiero... quiero a mi mamá que me sirva de red cuando en los malabares de mi vida he caído, necesito un consejo tuyo que me impulse a seguir caminando por esta cuerda floja... necesito a mi mamá presente...
M: lo siento hija, ahora soy yo la que necesito consejos de mi propia alma, o quizás necesito más placebo para poder soportar aquella moral que me han inculcado tan bien, para poder soportar esta vida pesada que ahora simplemente la hago leve...
H: entonces qué tengo qué hacer? resignarme a seguir cayendo sin red, a seguir en la soledad que me haz dejado, seguir anhelando aquello que los demás tienen naturalmente y que en mi caso es solo una ilusión?
M: quizás hija, por ahora solo me resta seguir en mi egoísmo depresivo, en donde simplemente dejo que ustedes actúen por mi, es por ahora más cómodo para mi...
H: no tengo un padre que pueda suplantar una cuarta parte de lo que tu podrías ser, él solo fue un portador de materia prima y que aún vive amarrando nuestras vidas...
M: lo sé hija...
H: entonces hasta cuándo estaré huérfana?
M: no sé hija, quizás por el resto de tu vida...
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