Como lo hizo aquel hombresito que nació en las páginas de un libro y ahora vive en cada atardecer, partí de mi mundo como lo he hecho otras veces, pero esta vez en busca de estrellas...
En esta nueva galaxia, me he encontrado otros viajeros igual que yo, donde como si en el aire hubiésemos regresado todos a nuestra niñez... todos somos solidarios, entramos a nuestras casas como si nada, queremos estar mucho tiempo juntos riéndonos de cualquier circunstancia u ocasión, no importa cómo se vista o qué diga el otro, siempre y cuando quiera jugar con nosotros... y nosotros haremos lo que sea para que lo haga...
Del asteroide del cual vengo, donde todos conocemos la historia de cada quien, la gente ha crecido mucho, no somos tan solidarios como cuando eramos niños, nos vestimos muy bien y parecido a los demás para que no descubran nuestra humanidad, la cual a veces, pareciera que da pena... ya la gente grande no quiere jugar contigo solo por el placer de reirse, sino porque es una obligación moral, que de vez en cuando, tenemos la obligación de jugar para no caer en la monotonía y cumplir reglas sociales, porque jamás soportaríamos el peso tan grande que significa ser rechazados por tener la ropa razgada...
La gente grande se decepciona por no tener lo que quiere para ella misma, la gente pequeña siente lo mismo cuando no hay nadie que quiera jugar a reirse juntos...
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