Las redes sociales hoy en día han construído y siguen construyendo un nuevo mundo humano con características tan particulares que solo en nuestra imaginación podría existir:
- Es un mundo donde no existen líderes políticos
- La distancia física no es impedimento para que dos o varias personas puedan hacer, mantener o finalizar una relación
- No hay jerarquía entre las personas
- Las personas son muy participativas
- Cada persona puede ser quien quiera cuando y donde quiera, sin importar su apariencia física
- No existen estructuras burocráticas
- El dinero no es importante
- No existen armas para matar
- Se puede hacer ruido y ser escuchado
- Se puede leer cualqueir cosa en cualquier idioma instantáneamente sin necesidad de un traductor simultáneo
En fin, un mundo que indudablemente no existe en la vida real... formado simplemente con pensamientos libres hechos palabras (código binario)...
Confieso mi profunda admiración por este tipo mundo, y a la vez comprendo que después del éxito que han tenido estas nuevas modalidades de páginas de interacción permanente con cualquier persona de todo el mundo, como son aquellas referidas a las redes sociales, muchas de las compañías muntinacionales ahora estén dedicando uno de sus mejores esfuerzos en este nuevo mundo.
Una de las cosas que más me ha llamado la atención del mismo es el comportamiento paradójico que se observa en esta dinámica; es decir, en la vida real, hoy en día las muchas cosas son súper complejas, tanto los trabajos, como el funcionamiento de los estados, nuestra economía contradictoria basada en recursos agotables y en algunos casos hasta inexistentes, el avance de la ciencia médica, etc... sin embargo, en el mundo en que somos, por decirlo de alguna manera, completamente libres, todo es tan exageradamente simple!, es decir, solo nos interesa saber de nuestros amigos, contar nuestras experiencias, reirnos de algún chiste, difundir algo que nos pareció curioso, etc...
Al parecer, no somos tan complejos como creemos ser, y en el fondo, nuestras necesidades afectivas son como las de cualquier otro bebé... Sin embargo, cuando crecemos y empezamos a utilizar la razón para fines económicos, vemos de esa inocente risa un mundo de complejidades tan grandes, que solo un experto podría analizar... para luego volver a nuestras moradas y regresar de nuevo a aquellos años de incauta inocencia...
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