agosto 13, 2008

Transporte Público sobre el Metro y autopistas

Es justo dedicar el limitado espacio de las calzadas al transporte público y a crear aceras


¡No hay otra!

Caracas tiene un Metro de primera. Pero tiene un sistema de transporte público superficial de mala muerte, en donde se maltrata al usuario, por la pésima calidad del servicio. Miles de pequeñas unidades destartaladas, contaminantes y ruidosas de pequeños propietarios, que si bien ganan su sustento, no pueden ofrecer el servicio que requiere una gran ciudad como ésta. Una de las primeras prioridades de un nuevo gobierno metropolitano, aunado mancomunadamente con el Metro, el Ministerio de Infraestructura y las cinco Alcaldías, es dotar a la urbe de un servicio de transporte público eficiente y de primera línea. Esto es prioridad nacional. De manera ingenua se sugiere que el problema se podría resolver con más vías y segundo pisos de autopistas. Sólo el 25% de la población de la ciudad usa el vehículo privado como medio de transporte. De allí que es justo dedicar el limitado espacio de las calzadas caraqueñas prioritariamente al transporte público y a la creación de un verdadero sistema de aceras para que el ciudadano pueda desplazarse y caminar con comodidad y seguridad. Para esto no hay mayor ciencia. Bogotá, con 7,5 millones de habitantes, el doble de la población de Caracas, lo hizo en sólo 4 años. El Transmilenio bogotano no sólo permitió desplazamiento rápido y cómodo, sino que introdujo kilómetros lineales de buenos espacios peatonales, grandes aceras y alamedas arborizadas. Lo que hace falta en Caracas es voluntad política y visión. Para ello se debe: a) destinar canales exclusivos para el transporte público en las autopistas, arterias y vías estratégicas de menor tamaño pero de alta demanda de transporte; b) prohibir de cuajo el estacionamiento en las calzadas y en los retiros de frente de todas las zonas de fuerte congestionamiento (surgirán rápidamente con esta medida estacionamientos privados, sobre todo si se liberan las tarifas, y deben construirse también estacionamientos con subsidio público). Por supuesto que esto requiere del estudio serio de las rutas, paradas y terminales, el mejor diseño posible para todas las componentes, la compra de las unidades y, algo muy importante, la incorporación de los propietarios de las busetas actuales para que éstos sean parte integral y beneficiarios de la operación. Todo esto se hizo en Bogotá. En el caso de Caracas, este sistema debe complementarse con una ambiciosa red de metro-cables, para dar accesibilidad a los barrios ubicados en los cerros, especialmente aquéllos de gran tamaño y de altas pendientes (el Metrocable de San Agustín, hoy en construcción, es el primer ejemplo). Finalmente, es importante destacar que, en vista de las limitaciones de espacio en la ciudad, los retiros de frente de las parcelas ubicadas en las áreas de alta movilidad y demanda de viajes, son un gran comodín para poder adelantar estas operaciones. Necesitamos con urgencia un transporte público superficial y un sistema de espacios peatonales, todos de alta calidad. Eso hará la ciudad más eficiente, competitiva, grata, democrática y segura. ¡No hay otra!

DAVID GOUVERNEUR

Maestría en Diseño Urbano Universidad Metropolitana

mdu@unimet.edu.ve

El Universal, 05/08/08.


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